Por: Sthefanía Cantú Piña
El
teatro musical en nuestro país tuvo sus inicios a finales de los años 60. A
través del tiempo ha tenido una etapa extraordinaria de desarrollo, con
montajes impactantes como: "La novicia rebelde", "El violinista
en el tejado", con Manolo Fábregas, quién protagonizó el papel de
"Tevye".
Como
todo, el teatro mexicano tuvo decaídas por la falta de conocimiento sobre éste
y de sus productores; pero en el año de 1980, se levantó con la obra musical:
"The Cats", seguida por "¡Qué Plantón!". Hay que mencionar que
la obra musical: "Houdini: la magia del amor", fue un obra que tuvo un resultado excelente, gracias
a su gran calidad, presentada por Ocesa. En
el Estado de México, se cuenta con diversos actores con una experiencia y
trayectoria admirable, como: Eduardo Ruíz, Daniela Ávalos, Ricardo Castillo y
Jacobo Martínez.
Ocesa
contó con una gran visión para presentar el teatro musical en México, que ha
llegado con una visión triunfadora en el Estado de México por parte de
academias especializadas en teatro y se vio reflejado en: "La bella y la
bestia", “Rent y "El fantasma de la Ópera"; "Jesucristo
Superestrella", "Hombre de la Mancha" y "Chicago: El
musical"; todas éstas obras han sido muy aceptadas por el público
mexicano.
También
se encuentran las obras producidas por Elsa & Fred: "Avenida Q",
“Mary Poppins”, "Hoy no me puedo levantar", "Los
productores", "Los miserables", "El full Monty",
"José el soñador", "Dulce caridad", "Vaselina",
"Mamma mia!" y "Si nos dejan, el musical".
Ha
sido tanta la demanda de estas obras; que escuelas pequeñas, medianas y grandes de la actuación, han
preservado estas producciones mediante temporadas cortas a nivel estatal
realizadas por estudiantes o conocedores del teatro. Este es el caso del Estado
de México. Se tienen ganancias mínimas o algunas se consideran sin fines de
lucro.
A mi
criterio es una gran oportunidad para impulsar a las siguientes generaciones,
un gusto por el teatro y sobre todo por el de tipo musical. Hoy
en día se tiene un objetivo en nuestro país, que para mi punto de vista es
irrefutable, ya que se expone al teatro musical mexicano: "con gran
excelencia y capacidad para transportar al público a grandes escenarios".
El
alentar el teatro musical en México, es buen incentivo para toda esa población que tiene ilusiones de
participar en obras reconocidas de
manera internacional y mostrar su talento; por ello existen el famoso casting o
las audiciones, mismos que les sirve a las casas productoras, equipo técnico y
de publicidad.
Lo
interesante aquí es, que una obra musical en nuestro país, y sobre todo en
nuestro estado; si tiene tanta trascendencia llega a durar varios meses en
cartelera o bien, si realmente es muy buena, se ve por temporadas. En
el Estado de México se pueden presenciar los trabajos escénicos de cada actor
en teatro como: El teatro Morelos, "El teatro del Seguro viejo de
Toluca"; donde se pueden presenciar muchas obras, o bien, dentro de
escuelas.
Televisa
en ocasiones ha estado relacionado con la implementación de obras musicales con
escuelas y universidades que, cuya misión, es formar actores, cuyos personajes
hemos visto alguna ocasión. Hay
mujeres admirables en el teatro en general como: Susana Zabaleta, Cecilia
Suárez, María Rojo o Bianca Marroquín; quien ha traspasado barreras y han
llegado a Broadway como con la obra de "Chicago".
En
el Estado de México, se busca impulsar a los jóvenes a alcanzar sus sueños por
más pequeñas que sean las obras. Por
todo el trabajo arduo que se realiza con las obras, en cierta fecha del año
llegamos a ver que se les conceden premios estatales o llegan a ser de manera
nacional, esto es un impulso para seguir actuando en esta categoría.
Antes
de comenzar una obra musical, el actor o actriz se prepara mentalmente para dar
lo mejor de sí mismo, convirtiéndose así en el personaje. Tanto es el gusto del
público, que cuando se logran cierto número de representaciones, se le felicita
a la producción con placas de reconocimiento. Un
ejemplo reciente es la obra “Si No Es
Ahora”, que recaudó una gran cantidad de
espectadores.
Lo
importante de cada musical es que se trabaja con el cerebro, corazón y valor; y
para ello se cuenta con la música, el libreto, el equipo de producción,
ensayos, puestas en escena y audiciones. Antes
de poder ver una obra musical hay mucho trabajo emocional, ya que se tiene que
mostrar en escena el sufrimiento, el dolor, la tristeza; pero también la
alegría, sonrisas, entusiasmo, logrando
también plasmar los sueños. Los
productores son quienes toman la última decisión y es ahí cuando se determina
la calidad de la obra musical.
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